miércoles, 3 de enero de 2018

EL PLANETA ES EL DESTINO DE LAS ESTRELLAS




¿Tendrá el Sol este aspecto algún día? La nebulosa de la Hélice es uno de los ejemplos más brillantes y más cercanos de nebulosa planetaria, una nube de gas creada al final de la vida de una estrella similar al Sol. Los gases exteriores de la estrella expulsados al espacio aparecen desde nuestro punto de vista como si hubiera una hélice mirando hacia abajo. El núcleo central estelar remanente, destinado a convertirse en una estrella enana blanca, brilla en una luz tan energética que hace que el gas expulsado anteriormente emita fluorescencia. La nebulosa de la Hélice, designada técnicamente como NGC 7293, se encuentra a unos 700 años luz de la Tierra en la constelación de Acuario (Aquarius) y abarca unos 2,5 años luz. La fotografía se hizo con el Telescopio Canadá-Francia-Hawai situado en la cima de un volcán inactivo de Hawai (EE.UU.). Un primer plano de la orilla interna de la nebulosa de la Hélice muestra unos complejos nudos de gas de origen desconocido. Texto Nasa

Hace algunos años deduje a partir de la masa y el volumen del Sol no evolucionara como gigante roja y por supuesto agrego ahora tampoco explotará como supernova.

Si el fin último de la materia atómica es llegar al cristal, debe necesariamente pasar por planetas para formarlos, ergo el destino de la estrella es llegar a ser planeta, hasta donde pueden los fallos, ya sea por excesos o defectos,  llevaran por un camino distinto llenando el espacio de restos, como esa proliferación de futuros cometas que se observan despedidos.

Los fallidos proveen la materia para la próxima estrella, que se alimentarán de los mas variados elementos desde el simple hidrógeno hasta los mas pesados conforme se pueden  observar en el post del día 28 de diciembre que adjunto al presente.



Las estrellas masivas de la Vía Láctea viven unas vidas espectaculares. Los hornos de sus núcleos, por el colapso de enormes nubes cósmicas, se encienden y crean elementos pesados ​​en sus núcleos. Después de unos millones de años, el material enriquecido es expulsado de nuevo al espacio interestelar donde la formación de estrellas puede volver a empezar. La nube de residuos en expansión conocida como Cassiopeia A es un ejemplo de esta fase final del ciclo de la vida estelar. La luz procedente de la explosión que creó este remanente de supernova se veía ver por primera vez en el firmamento de la Tierra hace unos 350 años, aunque tardó unos 11.000 años para llegar a nosotros. Esta imagen en falsos colores del observatorio Chandra de rayos X muestra los filamentos aún calientes y los nudos del remanente de Cassiopeia A. La emisión de alta energía de elementos específicos se ha codificado con colores -el silicio en rojo, el azufre en amarillo, el calcio en verde y el hierro en púrpura- para ayudar a los astrónomos a explorar el reciclaje del material estelar de nuestra galaxia. La ola de la explosión, que aún se está expandiendo, es el anillo exterior azul. Esta nítida imagen de rayos X abarca unos 30 años luz a la distancia estimada de Cassiopeia A. La mancha brillante que hay cerca del centro es una estrella de neutrones, es decir, los restos colapsados e increíblemente densos del masivo núcleo de una estrella. Texto Nasa


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